junio 09, 2012

El Cuerpo y la Sangre Santísimos de Cristo

Oración:
Oh Dios, que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de tu pasión,
concédenos venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas con el Padre
en la unidad del Espíritu Santo
y eres Dios por los siglos de los siglos.

Comentario a la Palabra de Dios.
Junio 10 de 2012
Queridos hermanos:
La lectura del libro del Éxodo (24, 3-8), nos relata el pasaje en que Moisés baja del monte y comunica al Pueblo el decálogo del Señor, a lo que ellos contestarán: Pondremos en práctica el decálogo que promulgó el Señor. Moisés hace un holocausto y ofrece sacrificios a Dios, quien en la sangre del cordero, sella la alianza.

Exhortación: Dos verbos deben llamarnos la atención en esta primera lectura: Hacer y Obedecer. Eso es lo que el pueblo concluye de la exhortación que les hace Moisés, es decir, hacer lo que agrada al Señor, obedecer sus mandatos, para ser fieles a su alianza, que es sinónimo de fidelidad a su Plan de Salvación.

La lectura de la Carta a los Hebreos (9, 11-15), nos exhorta a creer en Jesús, mediador de una nueva alianza, es decir, del Nuevo Testamento. El autor nos hará recordar los sacrificios de machos cabríos que antes se ofrecían, esto como complemento a la primera lectura, y que ahora tienen su plenitud en el Cordero Inmolado que ofrece su sangre una vez y para siempre, Cristo el Señor.

Exhortación: Finaliza esta hermosa carta diciendo: Con su muerte nos redimió de los pecados cometidos bajo la primera alianza. Confiemos pues, en esta fiesta del Corpus Christi en el Misterio Pascual que se nos ofrece en cada Eucaristía, para que, al recordarlo, lo vivamos en todos nuestros quehaceres.

Finalmente, el Santo Evangelio según San Marcos (14, 12-16.22-25),  Nos relata la fiesta del Pan Ázimo, común en la tradición judía. Jesús envía a sus discípulos a preparar la Cena para comer el cordero pascual con ellos. Cuando llegan allí, Jesús bendice la mesa con las palabras con las que hoy lo hace el sacerdote: TOMEN, ESTO ES MI CUERPO.... ESTO ES MI SANGRE, LA SANGRE DE LA ALIANZA, QUE SERÁ DERRAMADA POR LA MULTITUD.

Exhortación: Que cuando recibamos la Comunión Eucarística, tengamos siempre presente esto en nuestro corazón: Es Jesús mismo el que se entrega, el que se nos da como alimento y como bebida de salvación. Vivamos ese momento único y maravilloso.

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