mayo 07, 2012

Reflexión a la Liturgia de la Palabra (07 de Mayo de 2012)

Comentario a la Liturgia de la Palabra del 07 de mayo de 2012

Comentario a la Primera Lectura

Imagen tomada de congregacionobispoaloishudal.blogspott.com
Los Hechos de los Apóstoles tienen como finalidad narrar aquellos acontecimientos que vivieron los seguidores de Jesús respecto a la sociedad a la cual pertenecían. Los ambientes paganos, en donde la filosofía ha estado presente desde épocas antiguas con los grandes pensadores como lo son Sócrates, Platón, Aristóteles, etc., son ahora el centro de este relato (Hch 14, 5-18).

En esta oportunidad están en Iconio Pablo y Bernabé predicando la Palabra de Dios, siendo interceptados por los judíos y los paganos, a tal punto de quererlos sacar a pedradas, si no es porque ellos se dan cuenta de la situación. Sin embargo, van a ser los milagros que hacen en nombre de Jesús, los que efectivamente exalten la fe del pueblo, específicamente del tullido. Pero el pueblo no va a reconocer la novedad del Dios cristiano, figurado humanamente en Jesús, sino que lo van a relacionar con los dioses paganos Júpiter y Mercurio, es por eso que les querían ofrecer adoración o culto, situación que evitan los discípulos, convencidos de que la adoración solamente se le brinda a Dios.

Ellos evitan que la muchedumbre les ofrezca sacrificio predicando y aprovechando el momento para decir que efectivamente a quién predican es a un Dios vivo que hizo todo lo que existe.

Comentario al Evangelio

En el Evangelio de San Juan (14, 21-26), Evangelio de tintes bastante teológicos, donde Jesús siempre es el victorioso y sabe todo lo que sucede, el Maestro les muestra a sus discípulos su cercanía con el Padre: "El que acepta los mandamientos y los cumple, ese me ama". Tenemos entonces una lección bastante interesante: El que quiere amar a Jesús, lo debe hacer cumpliendo sus palabras, que se podrían resumir en esta frase: "Amar a Dios y a los hermanos". Si amamos a Jesús, entonces Jesús nos amará y por ende, también nos amará el Padre Celestial, es una cadena. A la pregunta de Judas (no el Iscariote) acerca del por qué no se manifiesta al mundo sino a ellos, Jesús les dira implícitamente, que la manifestación ya se ha dado, porque ellos comparten y están con Él. Pero para que el mundo crea, entonces necesariamente tendrá que venir el Consolador, el Espíritu Santo, quien enseñará y recordará las palabras de Jesús y muchos creeremos.

¿POR QUÉ DIOS ES VERDADERO?


¿POR QUÉ DIOS ES VERDADERO?- Acercamiento al término desde su acepción hebrea

Muchas imágenes acerca de la divinidad nos atrevemos a presentar. Algunas, determinando en Dios un principio de cuanto existe, de las cosas, de las personas, de la naturaleza y en no pocas ocasiones, el inicio del lenguaje. Para acercarnos a Dios, nosotros llegamos con prejuicios sobre Él: bien porque en la casa nos han dicho que Dios es un ser misericordioso, entonces nos acercamos a Él a implorarle compasión con nosotros, pecadores; otras veces, nos acercamos con miedo o temor, pues creemos que es un Dios castigador, un Dios colérico que aborrece nuestras inmundicias humanas. También lo consideramos como el principio de la vida, de la belleza, de la libertad, de la justicia, es decir, de todo bien. Pues bien, otra acepción de Dios muy común y muy cierta es que Dios es verdad, o es Dios Verdadero.

Concepción de Dios y situación social

No cabe ninguna duda que para hablar de Dios, el ser humano se ubica en su propia historia, en su propia situación personal, en sus padecimientos, en sus alegrías, en sus temores, en sus angustias, en sus ideales de libertad, en sus ideales de igualdad, en sus ideales de justicia, en sus ideales de humanidad, dignidad e identidad. Dios brota de la vivencia más profunda y arraigada en el interior del hombre. Con ello no se pretende afirmar que la imagen de Dios sea fruto de un subjetivismo absurdo que hace de la imagen de Dios una ideología o carente de toda lógica verdadera. Para ello, jugará un papel muy importante la religión, en donde, el ser humano comparte su creencia con muchos y, mediante una moral, unos dogmas y un culto trata de trascender comunitariamente para alcanzar el ideal infinito inserto en su pensamiento y por ende en su corazón.

La situación social que viven los seres humanos es muy diversa y las circunstancias hacen que en el deseo de trascendencia se vea inserto ello bajo la intencionalidad de sus creencias. La concepción de Dios es muy distinta si se habla por ejemplo en un grupo de mujeres maltratadas por sus esposo: ellas efectivamente encontrarán refugio en Dios, misericordioso, compasivo, pero que quiere y busca la dignidad y la libertad, la justicia y el perdón. Si nos acercáramos a derivar las imágenes de Dios en familias pudientes, por ejemplo, del norte de Bogotá, nosotros encontramos que Dios es un rey poderoso, omnipotente, omnisciente, que quiere la felicidad y la realización personal de sus hijos. Por eso, la situación social es clave para la comprensión de Dios.

¿En qué situación social se inscribe la concepción de Dios como verdadero?

Para nosotros, lo verdadero es lo que no es mentira, es decir, verdad es lo que es y no es verdad lo que no es. Ferrater Mora nos comenta que verdadero para nosotros los de mentalidad griega lo es en relación con algo que  es falso o algo que es irreal, es decir, ilusorio. Esta afirmación de la Verdad es típica de la filosofía griega, quienes afirmaban también que la verdad era idéntica a la realidad, mientras que lo falso era lo que no permanecía, lo cambiante. Pero la dificultad se enmarca cuando nos acercamos al pensamiento hebreo, pues verdad no es necesariamente lo que es: verdad es fidelidad.

Verdad como fidelidad en el pensamiento hebreo

Según José Ferrater Mora, la verdad es en el pensamiento hebreo la fidelidad. Dios es verdadero porque ha sido fiel a su promesa. A partir de esta afirmación deducimos entonces que Dios siempre ha sido verdadero: en el Primer Testamento, Dios actúa, quiso hacerse historia, quiso manifestarse al ser humano, quiso afirmarse como “Yo soy”. Los profetas fueron sus mensajeros, pues a través de ellos afirmó su voluntad para con el  pueblo, les prometió que no volvería a castigarlos, etc; les prometió una alianza nueva y definitiva, sellada luego, en el Segundo Testamento, con Jesucristo, Palabra definitiva del Padre.

Esto hace concluir que efectivamente Dios ha sido un Dios verdadero: es decir ha sido fiel a su promesa como padre bueno y misericordioso. Sólo, entonces, puede hablarse de la concepción de Dios como verdadero, en una situación social donde lo que se ha predicado se ha cumplido, donde se predicó la justicia, el ser humano la hizo realidad, donde se predicó acerca de la igualdad, el ser humano lucha por ideales y compromisos que hacen que el pueblos se dignifique en igualdad y fraternidad.

Conclusión: Dios es verdadero porque es fiel

Realmente Dios es verdad: pues Él siempre ha sido fiel a su promesa de salvación. Él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, pues en ella radica la esencia de Dios, ya que, entre Dios sea más humano, más divino es el hombre.

NUEVO RESURGIR DEL BLOG

AQUÍ ESTAMOS
La incostancia se convierte en fruto de grandes decepciones y alejamiento por parte de quienes siguen o creen en alguien. Lamentablemente en no pocas ocasiones hemos caído en dicho error. Pero nuestro deber y a la vez propósito será seguir llevando a todos ustedes un Blog lleno de abundantes reflexiones acerca de la filosofía, la teología y la ciencia. Todas se complementan, y el fruto de esta unión es el conocimiento y la verdad.

Iniciamos nuestra reflexión con un apartado del escrito o reflexión que Hermes Flórez Pérez, filósofo- teólogo, hace acerca del interrogante: POR QUÉ DIOS ES VERDADERO. Entre otras cosas y como preámbulo al artículo que en breve será publicado, Flórez afirma: "La situación social que viven los seres humanos es muy diversa y las circunstancias hacen que el deseo de trascendencia se vea inserto bajo la intencionalidad de sus creencias.........La situación social es clave para la comprensión de Dios.......". Entonces el autor se pregunta: "¿En qué situación social se inscribe la concepción de Dios como verdadero?".

Estos y otros interrogantes propondrá y derivará en que Dios verdadero es totalmente distinto a lo que nosotros nos imaginamos, pues la verdad para el hebreo no es la misma que para el griego.